Elon Musk levanta de la mesa su oferta de compra por Twitter. El magnate, que agitó a Silicon Valley ofreciendo 44.000 millones de dólares por la red social, cambia de opinión alegando que se han producido varias violaciones al acuerdo de adquisición, según ha informado este viernes la agencia Reuters.
Es el final de un culebrón que se ha extendido durante tres meses, un tiempo en el que ha despertado muchísimo interés la posibilidad de que el hombre más rico del mundo se convirtiera además en un barón digital equipado de un altavoz que habría multiplicado su capacidad de influir en la opinión pública mundial. La tecnológica ha respondido con una amenaza de recurrir la decisión de Musk ante los tribunales.
La ruptura del acuerdo, que en teoría supondrá para Musk un desembolso de 1.000 millones de dólares por incumplir lo pactado, no es una sorpresa total. Con el paso de los meses, la operación se volvió cada vez más improbable a ojos de los expertos, que vieron en el ambiente muchos signos que ponían en duda que Musk cumpliera con el pago de 54,20 dólares por título.
La cifra de usuarios falsos presentes en Twitter se erigió como el principal escollo que terminó por dividir los caminos entre las partes. El dueño de Tesla exigía que estos fueran menos del 5% de los usuarios totales. Cuando recibió los datos de la cúpula de Twitter, no creyó en la información.