“Tras el golpe de Estado de 2014, Ucrania perdió su independencia estatal y cayó bajo el control directo del Occidente colectivo, así como empezó a creer que la OTAN garantizaría su seguridad”, señaló el ex mandatario y actual vicepresidente de Consejo de Seguridad de Rusia Dmitri Medvedev.
El ex dirigente, que en su día fue considerado por Occidente como un posible socio, se ha vuelto cada vez más agresivo en su retórica y ha criticado abiertamente a los países del oeste desde que Rusia envió decenas de miles de tropas a Ucrania el 24 de febrero.
Medvedev también afirmó que “los criminales ucranianos serán definitivamente procesados por las atrocidades cometidas contra el pueblo de Ucrania y Rusia”.
Los comentarios de Medvédev, estrecho aliado y colega del presidente Putin, son los últimos de una serie de mensajes belicosos del ex presidente y primer ministro ruso. El mes pasado, llamó “degenerados” a quienes “odian” a Rusia y prometió trabajar para “hacerlos desaparecer”.
Los funcionarios rusos insisten en que Rusia no es responsable de los numerosos crímenes de guerra cometidos en Ucrania y también sostienen que no se ataca a los civiles, a pesar de los múltiples casos de infraestructuras civiles, como escuelas, tiendas y hospitales, impactadas por misiles.