Paris Hilton, reconocida empresaria y celebridad, expuso ante el Congreso de Estados Unidos los abusos sufridos en centros de tratamiento juvenil, instando a una reforma urgente. A sus 43 años, Hilton relató su traumática experiencia en estas instalaciones, donde fue internada a los 16 años.
La socialité describió haber sido «arrancada de su cama» y sometida a condiciones inhumanas, incluyendo abuso sexual, medicación forzada y confinamiento solitario. Durante dos años, se le negaron libertades básicas como hablar o mirar por una ventana.
Hilton acusó a la industria de priorizar ganancias sobre el bienestar de los jóvenes, engañando a padres desesperados. Su testimonio busca impulsar el proyecto de ley «Stop Institutional Child Abuse Act», que pretende implementar una supervisión federal más estricta y mejorar los sistemas de denuncia de abusos.
El caso de Hilton no es aislado. Un reciente informe del Departamento de Salud y Servicios Humanos reveló deficiencias en el registro y seguimiento de casos de abuso en estas instalaciones a nivel estatal.
El documental de Netflix «Campamento infernal: pesadilla adolescente» refuerza estas denuncias, exponiendo los abusos en el campamento Provo Canyon School, donde Hilton estuvo recluida. Ex alumnos relatan haber sufrido trabajo extenuante, privaciones y presunto abuso sexual.
Hilton, ahora activista por los derechos de los niños, envía un mensaje de solidaridad a los jóvenes en el sistema: «Te veo. Te creo. No me rendiré contigo». Su testimonio busca no solo justicia personal, sino protección para todos los menores vulnerables en estas instituciones.