Ismail Haniya, líder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), fue asesinado en su residencia en Teherán en un ataque reportado este miércoles, según informaron los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán. El atentado, que también cobró la vida de uno de sus guardaespaldas, ha sido calificado por Hamás como una «traicionera incursión sionista».
Haniya, quien se encontraba en la capital iraní para asistir a la investidura del presidente electo Masoud Pezeshkian, fue visto por última vez en una reunión con el líder supremo iraní, Ayatolá Alí Jameneí, y Ziyad al-Nakhalah, líder de la Yihad Islámica Palestina. El CGRI ha prometido una investigación exhaustiva del incidente, describiendo el asesinato como una «tragedia» para los pueblos palestino e iraní.
El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, calificó el asesinato como una grave escalada y aseguró que la organización continuará su lucha, afirmando estar dispuestos a pagar cualquier precio por la liberación de Jerusalén. La muerte de Haniya representa un golpe significativo para Hamás, aunque la organización mantiene su postura firme en la resistencia.
