Basilio «Bachi» Núñez asumió la presidencia del Congreso de Paraguay en una ceremonia cargada de simbolismo partidario. El senador llegó al acto en su «bachimóvil», un Chevrolet Opala de 1977 pintado de rojo en homenaje al Partido Colorado, dejando clara su lealtad política desde el primer momento.
Ante una sala repleta de adherentes, diputados y autoridades, incluyendo al vicepresidente Pedro Alliana, Núñez declaró sin ambages: «Mi cargo se debe al Partido Colorado». Esta afirmación subraya la fuerte influencia que el partido ejercerá en su gestión al frente del Congreso hasta junio de 2025.
El nuevo presidente del Congreso adelantó varias medidas para su mandato. Promete sanciones a legisladores ausentes o impuntuales, limitación de intervenciones a 15 minutos y una significativa reestructuración administrativa. Núñez planea reducir a menos de la mitad las direcciones del Senado antes de fin de año, aunque asegura que esto no implicará necesariamente despidos.
Como prioridades de su gestión, Núñez señaló la salud y el transporte público, comprometiéndose a abordar semanalmente este último tema. También reafirmó la posición del cartismo contra la extensión de mandatos municipales y aseguró que trabajará en conjunto con el Ejecutivo.
La asunción de Núñez marca un nuevo capítulo en la política paraguaya, con una clara consolidación del poder del Partido Colorado en el Congreso. Su estilo directo y sus promesas de cambio generan expectativas sobre cómo se desarrollará su presidencia y qué impacto tendrá en la dinámica legislativa del país.