El sistema financiero paraguayo vive un momento de bonanza, con un crecimiento sostenido en sus utilidades y un dinamismo en la colocación de créditos.
El sector bancario paraguayo ha cerrado el tercer trimestre de 2024 con resultados más que satisfactorios. Las utilidades acumuladas hasta septiembre alcanzaron la cifra récord de G. 3,8 billones (US$ 492 millones), lo que representa un incremento interanual del 25%. Este crecimiento se explica principalmente por un sólido margen de intermediación, es decir, la diferencia entre las tasas de interés que los bancos pagan por los depósitos y las que cobran por los préstamos.
El dinamismo del crédito ha sido otro factor clave en este desempeño positivo. Durante el período analizado, el volumen de préstamos otorgados por el sistema financiero creció un 20%, mientras que los depósitos lo hicieron en un 13%. Esta mayor demanda de financiamiento se explica por el buen momento de la economía paraguaya, reflejado en un Índice Mensual de Actividad Económica (IMAEP) con cifras positivas.
«El sistema financiero paraguayo es reconocido por su solidez y por la adecuada supervisión regulatoria que asegura su funcionamiento eficiente», afirmó Martha Coronel. Esta estabilidad permite a las instituciones financieras actuar como motores de crecimiento económico, canalizando los recursos hacia sectores productivos y fomentando la inversión.
La digitalización del sector bancario ha sido otro factor clave en este crecimiento. La adopción de nuevas tecnologías ha permitido mejorar la eficiencia operativa, reducir costos y ampliar la base de clientes. A través de aplicaciones móviles y plataformas en línea, los usuarios pueden acceder a una amplia gama de servicios financieros de manera fácil y segura.
Un futuro prometedor
Las perspectivas para el sector bancario paraguayo son optimistas. Se espera que la demanda de crédito continúe creciendo, impulsada por el buen desempeño de la economía y por la creciente necesidad de financiamiento de las empresas y las familias.
Sin embargo, el sector también enfrenta desafíos. La volatilidad de las tasas de interés a nivel global y los cambios en el entorno económico pueden generar cierta incertidumbre. No obstante, el sistema financiero paraguayo ha demostrado ser resiliente y capaz de adaptarse a las nuevas condiciones.
En resumen, el sistema bancario paraguayo se encuentra en un momento de gran dinamismo y solidez. Los resultados obtenidos en el tercer trimestre del año son una muestra clara de su buen desempeño y de su capacidad para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado.