La Comisión Europea está evaluando la creación de una unidad de inteligencia que dependería directamente de su presidenta, Ursula von der Leyen, con el fin de reforzar su capacidad de respuesta ante el “panorama geopolítico y geoeconómico desafiante”.
Un portavoz comunitario indicó que el Ejecutivo europeo “está examinando cómo reforzar sus capacidades de seguridad e inteligencia” y que “considera” la formación de este nuevo equipo dentro de la Secretaría General de la Comisión. Por el momento, el concepto está en desarrollo y no se ha fijado su calendario de implementación.
La futura unidad aprovecharía la experiencia existente en la Comisión y trabajaría en estrecha colaboración con la Dirección de Seguridad de la Comisión Europea y el Centro de Inteligencia y Situación de la UE (IntCen) —dependiente del Servicio Europeo de Acción Exterior—, que ya agrupa información de inteligencia de los Estados miembros.
La propuesta se basa en recomendaciones del informe encargado a Sauli Niinistö, expresidente de Finlandia, que destacó la importancia de que la presidenta de la Comisión tenga acceso a “toda la información posible sobre amenazas y crisis”. Niinistö subrayó que la inteligencia sigue siendo competencia de los estados miembros, y que la clave está en mejorar la cooperación y confianza entre ellos.
No obstante, la iniciativa ha generado preocupaciones en varias capitales europeas, donde se temen intentos de la Comisión por concentrar funciones de inteligencia típicamente reservadas a los Estados, en un ámbito históricamente sensible y ligado a la soberanía nacional.

