Tras 106 años de funcionamiento, la histórica cárcel del Buen Pastor cerró sus puertas de forma definitiva. En un operativo que involucró a cientos de efectivos policiales y militares, el Ministerio de Justicia completó el traslado de las 569 internas al nuevo complejo penitenciario de Emboscada, junto con otras 93 mujeres provenientes de la penitenciaría Serafina Dávalos de Coronel Oviedo.
El ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, anunció que el nuevo establecimiento, denominado Complejo de Mujeres de Emboscada, cuenta con capacidad para 1.237 internas y una superficie de 45.000 m², frente a los 10.000 m² del Buen Pastor. Explicó que el cierre busca eliminar el hacinamiento y mejorar la clasificación de las reclusas, permitiendo aplicar programas de rehabilitación más efectivos.
Nicora calificó el traslado como un éxito, destacando la participación de psicólogos y estudiantes universitarios que acompañaron el proceso de adaptación de las internas. Aseguró además que el nuevo centro cuenta con celdas diferenciadas y sistemas de monitoreo para evitar privilegios o prácticas irregulares.
El presidente Santiago Peña celebró el cierre del penal como un hecho histórico y una “deuda pendiente por décadas”, destacando que el operativo Umbral II representa un paso firme hacia un sistema penitenciario más humano y ordenado.