viernes, octubre 4, 2024

Condena de gobiernos autoritarios tras la muerte del líder terrorista Hassan Nasrallah

Diversos países, a menudo con gobiernos autoritarios o antagónicos a Occidente, han condenado la muerte del líder terrorista de Hezbollah, Hassan Nasrallah, tras un bombardeo israelí en Beirut. Rusia, Turquía, Irán, Venezuela, Siria y Sudáfrica manifestaron su preocupación por las posibles consecuencias de esta acción en Medio Oriente.

Rusia tachó el ataque de «asesinato político», advirtiendo que la acción israelí provocará más violencia en la región y responsabilizando a Israel por cualquier escalada. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan calificó las acciones de Israel como parte de una «política genocida» contra el Líbano. En Irán, el ayatolá Ali Khamenei declaró cinco días de luto, acusando a Israel de terrorismo de Estado. Además, el presidente iraní Masud Pezeshkian responsabilizó a Estados Unidos de ser cómplice en este «crimen».

En América Latina, el dictador venezolano Nicolás Maduro expresó su solidaridad con Hezbollah y el pueblo libanés, elogiando a Nasrallah como un líder de la «resistencia». Por su parte, el régimen cubano de Miguel Díaz-Canel condenó el ataque, afirmando que pone en riesgo la paz mundial.

El gobierno sudafricano también se pronunció en contra de lo que describió como «ejecuciones extrajudiciales», y pidió una investigación internacional para responsabilizar a los autores de estos actos.

En el Líbano, el primer ministro Najib Mikati declaró luto oficial de tres días y llamó a la unidad frente a lo que describió como una «guerra genocida» en curso contra el país.

Aunque Israel ha argumentado que estos bombardeos buscan debilitar una amenaza terrorista significativa, las condenas internacionales sugieren que la muerte de Nasrallah podría desatar nuevas tensiones en la ya volátil región.

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