Corea del Sur ha emitido órdenes de evacuación para las islas Yeonpyeong y Baengnyeong, luego de que Corea del Norte lanzara más de 200 rondas de artillería en los cabos de Jangsan y Sanseong. Aunque el bombardeo no causó daños a civiles, ha generado una fuerte respuesta del Ejército surcoreano.
El Ministerio de Defensa surcoreano calificó el acto como «provocación» y ha instado a Corea del Norte a cesar de inmediato estas acciones, advirtiendo que tomarán «medidas apropiadas en respuesta». La tensión en la región ha llegado a un punto crítico, reviviendo viejas disputas en la Línea Límite Norte (NLL), escenario previo de conflictos.
Este incidente se suma a la serie de amenazas y demostraciones de poder de Kim Jong-un, quien ha reforzado el estatus nuclear de su país y ha hecho advertencias nucleares contra Corea del Sur. Estados Unidos, en respuesta a estas provocaciones, ha desplegado recursos militares en la zona.
El recuerdo del bombardeo de Yeonpyeong en 2010, que dejó víctimas mortales, aumenta la preocupación por la estabilidad en la Península de Corea. La comunidad internacional observa con atención mientras se intensifican las tensiones, planteando interrogantes sobre el futuro de la región.
