El mercado laboral estadounidense mostró señales de enfriamiento en julio, al registrarse una tasa de desempleo del 4,2%, un leve aumento frente al 4,1% de junio. El informe mensual del Departamento de Trabajo reveló que se crearon apenas 73.000 empleos ajustados estacionalmente, muy por debajo de los 100.000 que anticipaban los analistas.
A este resultado se suma la revisión a la baja de los datos de mayo y junio, que revela 258.000 empleos menos de los estimados originalmente. Estas correcciones refuerzan la percepción de una desaceleración laboral más profunda de lo que se creía.
“Todos intentan descifrar hacia dónde se dirige la economía”, afirmó Jonathan Pingle, economista jefe para Estados Unidos en UBS. Mientras algunos sostienen que la economía sigue mostrando resiliencia, otros advierten fisuras crecientes, incluso vinculadas a las recientes políticas migratorias y arancelarias.
Aunque los temores inflacionarios aún no se han materializado en su totalidad, algunos precios comienzan a verse afectados por medidas proteccionistas. Sin embargo, el consumo interno muestra una leve recuperación, lo que sugiere que aún hay margen de crecimiento.
El débil desempeño de julio plantea nuevos desafíos para la Reserva Federal, que analiza cuidadosamente la evolución del mercado laboral en su estrategia monetaria.

