El pasado lunes, Asela Tomasa Bobadilla Villalba, conocida popularmente como la Tía Chela, falleció a los 74 años, dejando un legado imborrable en la gastronomía paraguaya. Su creación, el famoso “puretón” del Mercado Municipal 1, se convirtió en un símbolo culinario reconocido por su capacidad para curar la resaca y deleitar paladares en cualquier momento del día.
Tía Chela inició su carrera culinaria en el Mercado Municipal 1, donde su stand se volvió un punto de encuentro para jóvenes que, al amanecer, buscaban reponer energías tras largas noches de fiesta. Su especialidad, el puretón, es una combinación de tortilla, dos huevos fritos y picaditos de carne, ideal para recobrar fuerzas.
Aunque se popularizó como un remedio para la resaca, el puretón también se disfruta como desayuno, almuerzo o a media mañana, atrayendo a clientes de todas las edades. La trayectoria de Tía Chela trascendió generaciones, y su plato se consolidó como una tradición en el Mercado 1, un lugar que hoy se encuentra de luto por su partida.
Tía Chela estaba próxima a cumplir 75 años el 30 de diciembre. Sus colegas y familiares recibieron numerosas muestras de cariño y condolencias, reconociendo su incansable labor y el impacto que tuvo en la cultura gastronómica del país.
El puretón no solo es un plato, sino un legado que permanecerá vivo en la memoria colectiva de Paraguay. La Tía Chela será recordada como una verdadera leyenda del sabor, cuya influencia seguirá presente en cada bocado del icónico puretón.