El Comité Olímpico Paraguayo (COP) ha solicitado a la influencer y atleta Luana Alonso que abandone la Villa Olímpica de París, alegando que su presencia está creando un ambiente inadecuado. Esta situación se produjo después de que Alonso, tras quedar eliminada en su competencia con un sexto puesto, decidiera salir a correr por las calles parisinas y visitar lugares emblemáticos como Disneyland.
Larissa Schaerer, Jefa de Misión del Comité Olímpico de Paraguay, envió un comunicado oficial a Alonso, notificándole que ya no era bienvenida en la Villa Olímpica y que debía retirarse de inmediato. Schaerer expresó que la presencia de Alonso estaba creando un ambiente desfavorable en el equipo paraguayo, señalando que su decisión de no pernoctar en la Villa había sido tomada por voluntad propia.
El contenido del correo electrónico, divulgado por medios locales, rezaba: «Su presencia está creando un ambiente inadecuado en el seno del Team Paraguay. Le agradecemos que proceda conforme a lo que se le indica, ya que ha sido por su propia voluntad que no ha pernoctado en la Villa de Atletas». El mensaje busca mantener el orden y la tranquilidad dentro de la Villa Olímpica, evitando posibles descontentos o distracciones entre los miembros del equipo paraguayo.
Hasta el momento, Luana Alonso no ha emitido ningún comunicado oficial respecto a su salida de la Villa Olímpica y las directrices del COP. Esta situación ha generado una diversidad de reacciones en el ámbito deportivo y en las redes sociales. Los seguidores de Alonso, quien también es una influencer con un considerable número de seguidores, se dividen entre quienes apoyan su libertad para disfrutar de su tiempo personal en Francia y aquellos que respaldan las decisiones del COP para mantener un ambiente estructurado y ordenado para los atletas aún en competencia.
La situación ha captado la atención mediática, con todos los ojos puestos en la reacción de Alonso, esperando si será crítica con la decisión del COP o si aceptará las consecuencias de sus acciones. Lo cierto es que este incidente ha destacado el contraste entre la actividad pública de la atleta y las normas establecidas por el Comité Olímpico.