La visita de la senadora Noelia Cabrera a Fulgencio Yegros, Caazapá, desencadenó un tenso enfrentamiento con los pobladores locales, evidenciando la creciente frustración por la crisis ambiental y alimentaria que azota la región. El incidente, capturado en video y compartido en redes sociales, se ha vuelto viral, exponiendo la brecha entre los representantes políticos y las comunidades afectadas.
Cabrera, en su calidad de presidenta de Conaderna, llegó a la zona para inspeccionar el río Pirapó, donde se han reportado muertes masivas de peces debido a la presunta contaminación por residuos de una fábrica alcoholera de caña de azúcar. Sin embargo, lo que estaba previsto como una visita rutinaria se convirtió rápidamente en un escenario de protesta.
Una ciudadana, visiblemente indignada, confrontó a la senadora con palabras duras: «Vienen a hacer esto por mi pueblo de Fulgencio Yegros. Sos una vergüenza. Están muriendo de hambre. Se le está muriendo todo su comida, el pescado, senadora.» La mujer cuestionó la legitimidad de Cabrera, recordándole los votos que recibió para ocupar su cargo.
La respuesta aparentemente evasiva de la senadora solo avivó más la ira de los presentes. «No se haga la sonsa senadora», espetó la ciudadana, dejando en claro que la paciencia de la comunidad se ha agotado. Los pobladores exigieron la declaración de emergencia alimentaria para Yegros y denunciaron que no es la primera vez que la fábrica alcoholera contamina el río.
La situación pone de manifiesto la urgente necesidad de acciones concretas por parte de las autoridades. El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) ha iniciado investigaciones, pero los residentes critican la lentitud de la respuesta y la falta de medidas preventivas.
Este incidente subraya la creciente tensión entre las comunidades rurales y sus representantes políticos, evidenciando la desconexión entre las promesas electorales y las realidades cotidianas de los ciudadanos. La crisis en Caazapá no solo es ambiental, sino también una crisis de confianza en las instituciones y en quienes las representan.
La viralización del video ha amplificado las voces de los afectados, poniendo la situación de Fulgencio Yegros en el centro del debate nacional sobre la protección ambiental y la responsabilidad política. Queda por ver si este incidente catalizará cambios significativos o si quedará como otro ejemplo más de promesas incumplidas y ciudadanos defraudados.
