El grupo terrorista Hamas lanzó una advertencia a Israel tras el anuncio de una ofensiva total en Gaza, calificando la operación como “un sacrificio de los rehenes”. La medida fue aprobada por el Gabinete de Seguridad israelí, que dio luz verde a una nueva fase militar para tomar el control completo de la Ciudad de Gaza, con el objetivo de eliminar a Hamas, rescatar a los secuestrados y establecer una administración civil alternativa.
El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que Israel no pretende una ocupación indefinida, sino crear un perímetro de seguridad y transferir el control a actores árabes no hostiles. “Eso no es posible con Hamas”, declaró a Fox News, descartando cualquier papel futuro del grupo islamista en la región.
Internamente, la decisión enfrenta cuestionamientos: el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, se habría opuesto al plan por el alto riesgo que representa para los rehenes y la población civil.
Mientras tanto, Gaza vive una crisis humanitaria devastadora. Según la OMS, al menos 99 personas han muerto por malnutrición este año. La ONU afirma que se necesitan 600 camiones diarios con ayuda, pero solo ingresan entre 70 y 80 con fuertes restricciones.
La situación eleva la tensión regional y genera presiones internacionales por un alto al fuego inmediato.