La Iglesia Católica de Francia deploró “las escenas de escarnio y burla al cristianismo” durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París. El comunicado de la Conferencia de Obispos de Francia (CEF) hace referencia a una parodia de “La última cena” de Da Vinci, momento fundacional del cristianismo y origen de uno de sus principales sacramentos. Los organizadores de la ceremonia parecen haber olvidado que el lema de las olimpíadas -“Más rápido, más alto, más fuerte”- pertenece a un fraile dominico.
En el comunicado, la CEF lamenta las escenas ofensivas, a pesar de reconocer los “momentos de belleza, alegría, ricos en emociones y universalmente saludados” durante la inauguración. La apertura, que se extendió por cuatro horas, incluyó momentos de gran belleza en el contexto de la capital francesa, pero también otros considerados antiestéticos y chocantes. La escena en cuestión, que fue percibida como innecesaria y contraria al espíritu olímpico de concordia y fraternidad, ha generado polémica.
La parodia incluyó a personas disfrazadas de modo extravagante, algunas estilo drag queens,travestis e incluso un niño imitando “La última cena” de Da Vinci, una obra clásica que retrata a Jesús celebrando la Pascua con sus discípulos antes de ser entregado por Judas. En las redes sociales, la escena fue duramente criticada, y muchos se preguntaron qué habría pasado si la burla hubiera sido dirigida a otra religión, como la judía o la musulmana.
“La Última Cena”, pintada entre 1495 y 1498, es una de las obras más célebres del renacimiento, ubicada en el convento de Santa Maria delle Grazie en Milán, Italia. La inclusión de esta parodia en la ceremonia olímpica ha sido vista como una falta de respeto hacia la fe católica y ha generado un fuerte repudio.
