En las últimas semanas, las ciudades y pueblos de Rusia han experimentado un aumento significativo de ataques transfronterizos con drones y cohetes provenientes de Ucrania. Las autoridades rusas informaron que, como consecuencia de los últimos bombardeos, una persona falleció y varias resultaron heridas en regiones fronterizas.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, anunció planes de aumentar los suministros de armamento, incluyendo la creación de una línea de producción de aviones no tripulados, desde los ultrapequeños hasta los de ataque pesado.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, convocó una reunión del Estado Mayor Supremo para reforzar las defensas aéreas y asegurar la línea de contacto. El análisis del Departamento de Defensa del Reino Unido sugiere que la reciente incursión contra infraestructuras rusas en Crimea expone la vulnerabilidad de la defensa aérea rusa.
A su vez, Rusia acusó a Ucrania de utilizar municiones de racimo, generando una escalada de tensión. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que las fuerzas rusas harán todo lo posible para minimizar este peligro. La situación plantea desafíos significativos para Ucrania, que se enfrenta a ataques rusos con misiles y drones, poniendo a prueba sus recursos y destacando la necesidad urgente de acceso a más armamento.
