El antiparasitario que mejora la vida de millones de personas afectadas por algunos tipos de enfermedades causadas por lombrices puede tener aplicación frente al Covid-19 según los resultados de un ensayo piloto desarrollado por la Clínica Universidad de Navarra y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que sugieren que la administración temprana de ivermectina puede disminuir la carga viral y la duración de los síntomas en pacientes con COVID-19 moderada. Este efecto, a su vez, podría ayudar a reducir la transmisión del virus.
La ivermectina, objeto de ensayo en la Clínica Universidad de Navarra para el Covid-19, es un antiparasitario que se utiliza desde los años 80
Los resultados del estudio se han publicado en la revista del grupo The Lancet EClincalMedicine. Aunque por el momento se puede leer como preprint. El estudio piloto se ha desarrollado con pacientes de la Clínica Universidad de Navarra en las instalaciones de la propia universidad, donde un equipo coordinado por el investigador y médico Carlos Chaccour quiso evaluar si la dosis máxima de ivermectina aprobada en Europa puede tener un impacto sobre la transmisión del virus si se administra rápidamente tras la aparición de síntomas.
Este antiparasitario de uso humano y veterinario ya se está utilizando en algunos países de Lationamérica, como Perú o Bolivia, frente al Covid-19, pero sin evidencia científica fiable sobre su eficacia en prevenir o tratar la infección. El ISGlobal señala el medicamento ha demostrado in vitro que puede reducir la replicación del SARS-CoV-2 pero en concentraciones mucho más elevadas que las recomendadas para uso humano. Por otra parte, habla de un estudio preliminar en humanos que usó datos de origen dudoso y nunca se publicó en una revista científica.
La ivermectina se venía utilizando en países de Latinoamérica frente al Covid-19 sin evidencia científica clara
Ahora, en la investigación del equipo del Dr. Chaccour se administró una sola dosis de ivermectina o placebo a 24 pacientes con infección confirmada y síntomas moderados, en las 72 horas tras los primeros síntomas. Se tomaron frotis nasofaríngeos y muestras de sangre en el momento del reclutamiento y transcurridas una, dos y tres semanas del tratamiento.
Los resultados obtenidos no muestran ninguna diferencia en el porcentaje de pacientes positivos por PCR al cabo de siete días postratamiento. Sin embargo, la carga viral mediana en el grupo tratado con ivermectina fue unas tres veces menor transcurridos cuatro días y hasta 18 veces menor a los siete días del tratamiento. Aunque los investigadores señalan que “no se alcanzó una diferencia estadísticamente significativa”.
La carga viral mediana de Covid-19 en el grupo tratado con ivermectina fue unas tres veces menor transcurridos cuatro días y hasta 18 veces menor a los siete días del tratamiento
Los pacientes en el grupo tratado también mostraron una reducción en la duración de algunos síntomas. Concretamente, les duró un 50% menos la pérdida de olfato y gusto y un 30% la tos. Por otra parte, todos los pacientes desarrollaron anticuerpos IgG frente al virus pero, de nuevo, el valor medio de dichos anticuerpos en el grupo tratado fue menor que en el grupo placebo. “Esto podría ser el reflejo de una menor carga viral en estos pacientes”, considera Chaccour.
El hecho de que no hubo diferencias en la duración de síntomas o marcadores asociados a la inflamación sugiere que la ivermectina puede estar actuando por medio de otro mecanismo que no tiene que ver con un posible efecto antinflamatorio. Los autores proponen que podría estar interfiriendo con la entrada del virus en las células, como sugiere un estudio en hámsteres realizado por el Instituto Pasteur.
Dr. Chaccour: “Las tendencias observadas en la reducción de carga viral, duración de síntomas, y niveles de anticuerpos resultan alentadoras”
“Estos resultados van en la misma línea que los de ensayos recientes en Bangladesh y Argentina”, señala Chaccour. “Aunque es un estudio pequeño y todavía es pronto para establecer conclusiones, las tendencias observadas en la reducción de carga viral, duración de síntomas, y niveles de anticuerpos resultan alentadoras” añade el doctor. Esto resultados “justifican la realización de estudios clínicos controlados a mayor escala y con una mayor diversidad de pacientes”.
El descubrimiento de la ivermectina le valió al microbiólogo japonés Satoshi Ōmura y su colaborador William Campbell el Premio Nobel de Medicina en 2015. Según explica la investigadora Adelaida Sarukhan en un artículo de ISGlobal, Ōmura recolectaba muestras de suelo de Japón para buscar compuestos antibacterianos, que Campbell probaba en el laboratorio para ver su efecto contra lombrices parasitarias.
El descubrimiento de la ivermectina le valió al microbiólogo japonés Satoshi Ōmura y su colaborador William Campbell el Premio Nobel de Medicina en 2015
De esta forma hallaron una nueva especie de bacteria que nombraron Streptomyces avermictilis y de ella partió el compuesto activo avermectina. Desde los 80 se aplicó en animales y se convirtió en uno de los fármacos veterinarios más vendidos del mundo. La investigadora resalta lo “extraordinario” de que, pese a décadas de búsqueda, “S. avermictilis siga siendo la única fuente de avermectina que se ha encontrado”. Campbell impulsó la investigación del medicamento como posible tratamiento a la oncocercosis, enfermedad provocada por lombrices que dejaba ciega a muchas personas en África subsahariana. Actualmente se usa contra esta y otras enfermedades parasitarias y se estudia su beneficio en el tratamiento de la malaria.