Marine Le Pen, la líder de ultraderecha que ha revolucionado la política francesa, ha recorrido un camino de 13 años que le ha permitido transformar al antiguo Frente Nacional en la Agrupación Nacional (RN). Con una estrategia populista y una imagen cercana, ha logrado convertir a su partido en la formación más votada de Francia.
Le Pen asumió las riendas del partido en 2011, alejándose de la figura de su padre, Jean-Marie Le Pen, conocido por sus comentarios antisemitas. Marine se enfocó en desdemonizar el partido, manteniendo sus propuestas clave como la «prioridad nacional», que favorece a los franceses sobre los extranjeros en empleo y servicios sociales.
A pesar de no haber ganado las presidenciales en 2017 y 2022, Le Pen se ha acercado cada vez más al poder, obteniendo el 33,15% de los votos en la primera vuelta de las legislativas. Su éxito se debe a la moderación de su imagen y a su capacidad para atraer a nuevos votantes, incluidos judíos y musulmanes.
Con su protegido Jordan Bardella a las puertas del palacio de Matignon, y con la ultraderecha ganando terreno en Europa, Le Pen se encuentra en su mejor momento. Su política de inmigración sigue siendo radical, pero su estrategia ha normalizado la ultraderecha en Francia, situándola como una opción viable para un tercio de los votantes.