Un informe reciente revela la colaboración entre altos mandos militares venezolanos y cárteles del narcotráfico en la frontera con Colombia, convirtiendo al estado Apure en un epicentro del crimen organizado. La cocaína es transportada desde esta región hacia destinos internacionales como Estados Unidos, Europa y Medio Oriente, utilizando rutas marítimas y aéreas.
La investigación expone cómo los cárteles y grupos armados han establecido redes logísticas con la complicidad de funcionarios gubernamentales. Las rutas incluyen puntos estratégicos en Guárico, Puerto Cabello, La Guaira y Puerto La Cruz, facilitando el envío de droga a través del Caribe y África Occidental.
El negocio ha evolucionado con pagos en criptomonedas, especialmente en USDT, mientras exconvictos y militares garantizan el transporte seguro de la mercancía. Además, se menciona que el capo mexicano El Chapo Guzmán se refugió en Apure tras su fuga en México.
El Cartel de Los Soles, compuesto por oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, sigue operando con influencia en todos los niveles del poder. Aunque Venezuela ha sido señalada como un «narcoestado», la intervención de altos funcionarios en los envíos internacionales minimiza riesgos y facilita la expansión del tráfico de drogas en la región.