La morosidad bancaria cerró octubre con una tasa de 2,36%, lo que implicó una disminución de 0,1 puntos porcentuales (p.p.) en comparación interanual. Con este resultado, el indicador se mantiene por debajo de su mediana histórica del 3%, tendencia que se observa desde hace casi dos años. Según especialistas del sector, esta trayectoria descendente estaría asociada tanto al crecimiento de las colocaciones como al proceso de depuración y ajuste de las carteras crediticias que vienen realizando las entidades financieras.
En el análisis por segmentos, el crédito al consumo continúa siendo el que presenta la mayor tasa de retrasos, situándose en 4,47%. Le siguen la construcción, con un nivel de morosidad de 3,72%, y el comercio minorista, que alcanza 3,33%. En el extremo opuesto, los sectores con mejor desempeño son la intermediación financiera, con apenas 0,31%, y las actividades inmobiliarias, con 0,77%, posicionándose como los segmentos de menor riesgo dentro del sistema.
Las variaciones más relevantes del mes incluyen la fuerte reducción de la morosidad en el comercio mayorista, que cayó 1,1 p.p., además del retroceso de 0,7 p.p. en el segmento de consumo. No obstante, algunos rubros mostraron deterioro: la industria registró un incremento de 0,8 p.p., mientras que la construcción subió 0,6 p.p., fenómeno que estaría vinculado, según fuentes del sector, a demoras en los pagos a proveedores del Estado.

