El Museo Langmatt, ubicado en Baden, Suiza, anunció acuerdos con los descendientes de antiguos propietarios de dos pinturas saqueadas durante el régimen nazi. Las obras, una de Paul Cezanne y otra de Eugene Boudin, pertenecen a su renombrada colección impresionista.
La investigación, que duró tres años y fue apoyada por el Ministerio de Cultura suizo, evaluó la procedencia de 13 pinturas adquiridas entre 1933 y 1940 por Sidney y Jenny Brown, reconocidos coleccionistas. De las 13 obras, 11 fueron descartadas como arte saqueado, mientras que dos resultaron “claramente problemáticas”.
Una de las pinturas es «Frutas y jarrón de jengibre» (1890-1893) de Cezanne. Vendida por 38,9 millones de dólares en una subasta en 2022, su venta original en 1933 fue clasificada como confiscación nazi. Tras el hallazgo de un documento en Alemania, la fundación contactó a los herederos de Jacob Goldschmidt y alcanzaron un acuerdo.
La segunda obra es «Pescadoras en la playa de Berck» (1875-1878) de Boudin, adquirida en 1936 cuando pertenecía a Richard Semmel, un coleccionista judío que huyó a Ámsterdam en 1933. El museo compensó a los herederos y conservará la obra en exhibición.
Estos acuerdos reflejan el compromiso del museo con los Principios de Washington sobre la restitución de arte confiscado por los nazis, consolidando su postura ética frente a este legado histórico.