La tensión en la región de Cachemira volvió a escalar tras nuevos enfrentamientos entre India y Pakistán a lo largo de la Línea de Control (LdC), donde ambos ejércitos intercambiaron disparos de artillería y armas ligeras entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves.
El ejército indio denunció que Pakistán abrió fuego sin provocación en los sectores de Kupwara, Baramulla, Uri y Akhnoor. Según Nueva Delhi, la respuesta fue “proporcionada”, aunque no se reportaron víctimas en este nuevo cruce. Sin embargo, los ataques anteriores, iniciados tras un atentado suicida el 22 de abril en la ciudad india de Pahalgam, ya dejaron al menos 31 muertos en Pakistán y 12 en India, muchos de ellos civiles.
India responsabilizó a Pakistán por el atentado que mató a 26 personas, y como represalia, lanzó bombardeos sobre territorio pakistaní, afirmando haber destruido nueve «infraestructuras terroristas». Islamabad negó los vínculos con el atentado y respondió con fuego de artillería.
El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, condenó enérgicamente los ataques y prometió vengar a las víctimas. La situación ha despertado gran preocupación internacional, ya que se trata del punto más álgido en décadas entre estas dos potencias nucleares con una larga disputa por Cachemira.

