Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, fue extraditado desde México a Estados Unidos, confirmó la Justicia estadounidense. Esta medida se enmarca en los esfuerzos del Departamento de Justicia para desmantelar las operaciones del cartel de Sinaloa, al que se le atribuyen múltiples actividades ilícitas.
Guzmán, arrestado por autoridades mexicanas en enero de este año, estaba entre los narcotraficantes más buscados por Washington, específicamente por su involucración en el tráfico de fentanilo. Ahora enfrenta diversos cargos federales en distintos tribunales de Estados Unidos.
El fiscal general de EEUU, Merrick Garland, agradeció al Gobierno mexicano por facilitar la extradición de Guzmán y reafirmó el compromiso de EEUU en llevar ante la justicia a quienes han contribuido a la epidemia de opioides que afecta a comunidades en el país.
En abril de este año, la Justicia estadounidense presentó cargos en tres distritos federales distintos contra Guzmán y tres de sus hermanos, acusándolos de asumir el liderazgo del Cartel de Sinaloa tras el arresto y extradición de su padre a EEUU.
Estos cargos están relacionados con su presunta participación en la mayor operación de tráfico de fentanilo, una droga altamente potente, liderada por el cartel de Sinaloa y alimentada por compañías farmacéuticas chinas.
El cartel de Sinaloa es considerado uno de los más poderosos del mundo, responsable de gran parte de la producción y manufactura de fentanilo distribuido en EEUU, donde esta droga es la principal causa de muerte en adultos jóvenes.
Guzmán y sus hermanos también fueron acusados de transportar toneladas de cocaína desde y hacia Sur y Centroamérica hasta EEUU, según el Departamento de Justicia.
El arresto de Guzmán en enero, seguido de su extradición a EEUU, refleja la cooperación entre ambos países en la lucha contra el narcotráfico y busca poner fin a la impunidad de quienes se dedican a actividades ilegales que afectan a la sociedad.
