El Consejo Electoral de Venezuela anunció la reelección de Nicolás Maduro con el 51.2% de los votos, superando al candidato opositor Edmundo González Urrutia, quien obtuvo el 44.2%. Según Elvis Amoroso, presidente del organismo, estos resultados se presentaron con el 80% de las actas escrutadas, calificando la tendencia como «irreversible». La participación reportada fue del 59%.
Maduro, postulado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), obtuvo 5.140.092 votos, mientras González Urrutia, de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), alcanzó 4.445.978 sufragios. Con este resultado, Maduro comenzará su tercer mandato, extendiéndose hasta enero de 2031, continuando así con el legado del chavismo que inició Hugo Chávez en 1999.
La oposición y diversas encuestadoras habían proyectado una victoria para González Urrutia, quien lideraba con un 59.68% de intención de voto frente al 14.64% de Maduro, según ORC Consultores en julio. Sin embargo, el chavismo siempre desestimó estas proyecciones, alegando que formaban parte de una estrategia para cuestionar los resultados oficiales.
El hijo de Maduro, «Nicolasito», sugirió la victoria chavista antes del anuncio oficial, generando aún más controversia. La oposición pidió al régimen no adelantarse con resultados que irrespetaran la voluntad popular. La proclamación de Maduro, inesperada según las encuestas, ha levantado sospechas de fraude electoral y generado críticas tanto dentro como fuera del país.
La continuación de Maduro en el poder representa un nuevo capítulo en la prolongada historia del chavismo en Venezuela, con promesas de mantener su proyecto de gobierno pese a las adversidades y críticas internacionales.
