El río Paraguay atraviesa una de las peores sequías de su historia. En la ciudad de Concepción, el nivel del agua ha alcanzado niveles críticos, situándose a tan solo 14 centímetros del mínimo histórico registrado en 1868. Esta alarmante situación ha generado una crisis sin precedentes que afecta a la navegación, la economía y la vida de miles de personas.
La drástica bajante ha restringido casi por completo la actividad de grandes embarcaciones, obligando a implementar costosas y lentas operaciones de trasbordo de cargas. Esta situación ha generado un cuello de botella en el transporte fluvial, encareciendo los productos y poniendo en riesgo la cadena de suministro.
El capitán Martín Zayas, director de la Prefectura Naval de Concepción, ha alertado sobre las graves consecuencias de esta crisis, señalando que el calado permitido es mínimo y que apenas unas pocas embarcaciones pueden navegar.
La situación no es exclusiva de Concepción. En Asunción, la capital del país, el nivel del agua también ha disminuido drásticamente, superando los récords históricos. Expertos advierten que esta crisis podría tener un impacto duradero en la región, afectando la generación de energía hidroeléctrica, la agricultura y la biodiversidad.