Este lunes, un nuevo ataque con bombas planeadoras, drones y un misil balístico lanzado por Rusia dejó al menos seis muertos y 30 heridos en diversas ciudades del sur y este de Ucrania. El ataque, que ocurrió cerca de la línea del frente, afecta especialmente a áreas civiles, como Mykolaiv, Zaporizhia y Krivói Rog.
Las autoridades ucranianas informaron que el ataque en Mykolaiv, una ciudad en el sur del país, mató a cinco personas y dejó a varios heridos. Además, el ataque causó graves daños en viviendas y comercios, lo que llevó a muchas personas a recibir apoyo psicológico. Mykolaiv ha sido un objetivo recurrente de ataques rusos debido a su proximidad al frente en la región de Kherson.
En Zaporizhia, tres bombas planeadoras rusas provocaron la muerte de un civil e hirieron a 21 personas, entre ellas un niño de 4 años. El misil balístico que impactó Krivói Rog, la ciudad natal del presidente ucraniano Volodimir Zelensky, destruyó un edificio de cinco pisos, dejando ocho heridos.
El presidente Zelensky condenó la intensificación de estos ataques rusos, calificándolos como actos de «terrorismo», mientras que Ucrania sigue enfrentando los desafíos de la guerra que se acerca a su tercer año. Las autoridades de inteligencia ucranianas también afirmaron haber destruido un helicóptero Mi-24 ruso en la región de Moscú, aunque esta información no ha sido confirmada de forma independiente.
El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue generando más víctimas civiles y destrucción, mientras la comunidad internacional observa los posibles cambios en la política de ayuda de Estados Unidos, que podría influir en el curso de la guerra.
