El sector productivo del Paraguay se enfrenta a un panorama desalentador. La sequía, la caída de precios y la falta de lluvias azotan al campo, generando un impacto significativo en la economía del país.
Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), describe este año como «sumamente desafiante» para la agricultura. Las sequías de los últimos tres años han impactado severamente los rendimientos, especialmente en las zonas norte del país.
«Solo en San Pedro, se reportan unas 60.000 hectáreas menos de siembra debido a la descapitalización del productor, principalmente de los pequeños», afirma Cristaldo. La falta de lluvias en la última zafra también ha impedido la recuperación que se esperaba a través de la siembra de zafriña.
A la crisis climática se suma el desplome de los precios internacionales. El precio de referencia de la soja, que se toma en Chicago, ha caído USD 150 en comparación al 2022, mientras que los costos de producción han aumentado significativamente.
«Esto significa que, sobre una producción de 10.000 toneladas de soja, son USD 150 millones menos que dejan de entrar al país», explica Cristaldo. Esta situación también influye en la subida del dólar.
El presidente de la UGP destaca que, si bien el Banco Central del Paraguay y el Ministerio de Economía han tomado medidas para facilitar el refinanciamiento de deudas, el panorama sigue siendo preocupante.
La falta de lluvias también está dificultando la navegabilidad de los ríos, lo que genera sobrecostos y una pérdida de competitividad para el sector.
«Todo esto nos presenta un año complicado», resume Cristaldo. La situación actual exige medidas urgentes y coordinadas por parte del gobierno y el sector privado para apoyar a los productores y mitigar el impacto de esta triple tormenta que azota al campo paraguayo.