Más de 5.000 funcionarios, muchos de ellos sin funciones específicas, engrosan las planillas del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE). Un caso emblemático es la oficina de Luque, que con 135 empleados, ostenta la mayor cantidad de personal a nivel nacional. Esta superpoblación, producto del cuoteo político, representa un costo anual de G. 4.800 millones solo en salarios para el Registro de Luque.
El TSJE: un gigante con pies de barro
Con un presupuesto de G. 549.720 millones solicitado para el 2024, el 70% destinado a desprecarización y pago de salarios, el TSJE se configura como un gigante con pies de barro.
Luque: un ejemplo del despilfarro
En la oficina de Luque, la disparidad es notoria: 85 funcionarios son de la ANR y 40 de la oposición. Muchos de ellos no tienen funciones específicas y se aglomeran en el patio bajo un árbol de mango, esperando el paso de las horas.
Vacío y marcación
El reloj biométrico no funciona y la asistencia se marca a través de una aplicación con geolocalización. Sin embargo, las denuncias de «funcionarios fantasma» que solo marcan y se van son frecuentes.
Un costo millonario
El jefe de la oficina de Luque, Ildefonso Santander, gana G. 8.100.000. A esto se suman otros pagos no especificados que elevan el costo mensual a más de G. 400 millones y anual a G. 4.800 millones.
¿Y los trámites?
Las funciones de los Registros Electorales se limitan a la confección y depuración de padrones, apoyo a organizaciones para sus comicios internos y actualización de datos en caso de cambio de domicilio.
Un sistema que necesita reformas
La superpoblación de funcionarios sin funciones en el TSJE es un problema que requiere una solución urgente. Se necesitan reformas que eliminen el cuoteo político y optimicen el uso de los recursos públicos.