La serie «Marilina: Atreverse a soñar» ha generado controversia alrededor del personaje Julian Crocco, quien se siente atacado y difamado por su representación en la ficción. Crocco se pregunta por qué, si la serie se supone que es ficticia, cientos de personas lo insultan y amenazan, e incluso sus hijos sufren bullying en la escuela debido a su representación en la serie. La serie se ha defendido afirmando que es una obra de ficción y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Sin embargo, Julian Crocco insiste en que la serie no ha logrado convencer a la audiencia de que se trata de una ficción y se pregunta si el uso de la palabra «ficción» fue simplemente una estrategia para generar más audiencia y rating a costa de su imagen y reputación. Crocco también menciona que está dispuesto a tomar medidas legales para defender su honor y demostrar que los daños y perjuicios causados no son ficción.
Su abogado, Oscar Tuma, señala que en una serie de televisión de ficción se espera que los personajes y eventos sean ficticios y no estén basados en personas reales sin su consentimiento o sin cambios significativos en sus identidades. Si un programa de televisión crea un personaje que se asemeja demasiado a una persona real y lo retrata de manera difamatoria, esto podría considerarse una representación calumniosa y difamatoria.
La serie «Marilina: Atreverse a soñar» se basa en la vida de la cantante de cumbia Marilina Bogado, desde su infancia y adolescencia hasta su ascenso como artista popular tras ganar programas de televisión como «La academia» y «Baila conmigo Paraguay». A pesar de que la serie se presenta como una obra de ficción, la controversia en torno a la representación de Julian Crocco ha desatado un debate sobre los límites entre la ficción y la responsabilidad en la representación de personas reales en los medios de comunicación.