La muerte de la influencer brasileña Aline Ferreira tras una cirugía estética ha desatado una investigación que revela un inquietante vínculo con Paraguay. Grazielly da Silva Barbosa, la mujer que realizó el procedimiento fatal, ahora enfrenta cargos por ejercicio ilegal de la medicina, fraude al consumidor y lesiones corporales seguidas de muerte.
Da Silva Barbosa, quien se presentaba como biomédica, declaró haber estudiado en Paraguay. Sin embargo, Federico Mora, representante del Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), desmintió esta afirmación. «Si se hubiera graduado acá, tendríamos el registro del título en el MEC y entiendo que no es así. Creo que hizo tres semestres y luego ahí quedó su estudio», señaló Mora en una entrevista radiofónica.
Aunque Mora reconoció que este caso no favorece la imagen del país, instó a distinguir entre una estudiante en proceso y una graduada. La investigación ha revelado que Da Silva Barbosa carecía de la formación médica adecuada para realizar procedimientos estéticos.
El trágico incidente ocurrió en una clínica en Brasil, donde Ferreira, con más de 50,000 seguidores en Instagram, se sometió a un levantamiento de glúteos. Tras su fallecimiento, las autoridades clausuraron el hospital y detuvieron a la supuesta doctora.
Este caso ha generado un debate sobre la regulación de las cirugías estéticas y la verificación de credenciales médicas, tanto en Brasil como en Paraguay. Sirve como un sombrío recordatorio de los peligros de confiar en profesionales no calificados para procedimientos médicos, especialmente en el ámbito de la cirugía estética.