Ucrania anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Nicaragua tras acusar al país centroamericano de reconocer la soberanía rusa sobre territorios ucranianos ocupados por Moscú. La decisión fue comunicada por el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sibiga, a través de redes sociales, quien calificó la acción de Nicaragua como un intento deliberado de socavar la soberanía e integridad territorial de Ucrania, constituyendo una violación de la Constitución ucraniana, la Carta de las Naciones Unidas y las normas fundamentales del derecho internacional. Las regiones en disputa incluyen Donetsk, Lugansk, Zaporiyia, Jersón y Crimea, zonas que permanecen bajo control ruso desde el inicio del conflicto. La medida de romper relaciones diplomáticas no implica necesariamente un conflicto armado, sino una interrupción formal de la comunicación y cooperación diplomática entre ambas naciones, similar a la que México aplicó en el pasado contra Ecuador tras el ingreso a su embajada para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas. Este tipo de decisiones buscan expresar rechazo político y diplomático ante actos percibidos como violaciones de la soberanía, afectando principalmente la interacción política, económica y consular. En el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, la ruptura subraya la tensión internacional y la polarización sobre el reconocimiento de territorios ocupados. Nicaragua, por su parte, mantiene una postura de alineamiento con Rusia, mientras que Ucrania busca respaldo global para contrarrestar los actos que considera ilegales y agresivos contra su integridad territorial. Esta situación marca un nuevo capítulo en la compleja dinámica internacional del conflicto ucraniano.