La crisis política y social en Bolivia escaló dramáticamente con la muerte de tres policías durante enfrentamientos con manifestantes en el municipio minero de Llallagua, al norte de Potosí. Los disturbios se produjeron en el marco de los bloqueos promovidos por sectores afines al ex presidente Evo Morales, quien fue inhabilitado para las elecciones de agosto.
Las víctimas fueron identificadas como los subtenientes Jorge Barrozo Rodríguez y Carlos Enrique Apata Tola, y el sargento segundo Jesús Alberto Mamani. Además, un capitán se encuentra en estado crítico. Todos recibieron disparos de arma de fuego durante una operación para intentar desbloquear vías estratégicas en la región.
Según reportes de medios locales, los manifestantes quemaron un bus policial, retuvieron a uniformados e impidieron la atención médica a los heridos. La situación de emergencia se agrava por la falta de acceso a insumos básicos como alimentos, gas y combustible.
Desde hace más de diez días, los bloqueos mantienen paralizadas distintas zonas del país. Los manifestantes exigen la renuncia del presidente Luis Arce, a quien responsabilizan por la crisis económica.
Los pobladores de Llallagua intentaron romper los piquetes por la fuerza ante la escasez crítica. La tensión crece en el país mientras el Gobierno aún no logra restablecer el orden.