El país enfrenta una doble amenaza de proporciones catastróficas, según lo revelado por el Ministerio de Salud. En una semana, la cifra de contagios de COVID-19 ha alcanzado la impresionante cifra de 1,000, mientras que el dengue se propaga sin piedad con un aumento de 703 casos más, sumando un total alarmante de 4,483 en las últimas tres semanas.
La tasa de positividad se dispara al 29%, y la incidencia promedio en las últimas dos semanas alcanza los 19 casos por cada 100,000 habitantes. El país se encuentra en una peligrosa fase de transmisión comunitaria de Nivel 1, aunque Asunción, Ñeembucú y Guairá se ubican en el preocupante Nivel 3 de transmisión. Mientras tanto, la curva de hospitalizados muestra 94 personas ingresadas en la última semana, con 91 en salas y tres en cuidados intensivos.
La situación se agrava al analizar las últimas ocho semanas, donde el 51% de los hospitalizados son mujeres. Los mayores de 70 años son los más afectados, con un alto porcentaje de internaciones. Las muertes ascienden a 68 en este periodo, 13 de ellas solo en la última semana, y los mayores de 80 años representan la mayoría de los fallecidos.
Pero la pesadilla no termina ahí. El dengue se propaga como un incendio descontrolado, con 4,483 casos en las últimas tres semanas. De los 626 pacientes hospitalizados, 32 están en cuidados intensivos, y el 33% de ellos tienen entre 5 y 14 años. Las comorbilidades, como cardiopatías, obesidad y diabetes, afectan al 24% de los hospitalizados.
Las regiones más afectadas son Central, Asunción, Alto Paraná, Cordillera, Guairá, Concepción y Paraguarí, donde las notificaciones se disparan, sumiendo al país en una crisis de salud pública sin precedentes. ¡La alerta está encendida y la situación es crítica!
