sábado, mayo 4, 2024

Equilibrio sanitario y económico.

El Banco Central del Paraguay acaba de anunciar que estima la caída del PIB para el año que transcurre en medio de pandemia, paros en la economía, pérdida de empleos y puestos de trabajo, en un 1,5%.

Si se observan las cifras del continente se puede decir sin temor a error que este es uno de los mejores resultados en América Latina y el Caribe, tanto en los resultados sanitarios como económicos.

Los mismos se lograron equilibrando las cifras de contagios y fallecidos que deja la pandemia y el paro histórico de la economía nacional, por el término de 8 meses.

La apertura de las fronteras con Brasil, del aeropuerto Silvio Pettirosi, donde esta semana llegarán 19 vuelos de distintos destinos, el regreso del fútbol profesional a las canchas, entre otros signos de normalidad ciudadana, muestran un panorama promisorio para lo que resta del año y especialmente para el año próximo.

Al presidente, frente al equipo de gestión de gobierno le tocó definir las medidas a tomar y ganar la confianza del pueblo paraguayo para que se adapte a todos los requerimientos sanitarios y soportar la caída de la actividad económica con estoicismo muy propio de esta ciudadanía.

Al gobierno no le tembló la mano para pedir los apoyos financieros que necesitaba para pasar esta etapa, sostener los niveles de consumo, aunque muchos sectores económicos sintieron el “bajón” de la actividad económica.

La acción gubernamental tuvo un velo de sospecha en algunas compras de insumos estratégicos para combatir la pandemia donde los responsables no fueron sancionados como la ciudadanía hubiera querido por parte de la Fiscalía General.

Pasados estos hechos, con varias renuncias de funcionarios de por medio, la actitud ante el Covid fue lograr que ni la gestión sanitaria ni económica prevaleciera una sobre otra dejando así un saldo como el que muestra el BCP y un nivel de contagios y fallecimientos en una curva aplanada hace ya un tiempo.

Todo esto ocurre mientras la oligarquía política se debate entre desafueros y denuncias, convenciones partidarias o no y renuncias de algunos funcionarios por hechos de corrupción o de otra índole, todos temas, por ahora, de poco interés para los ciudadanos.

Basta mirar el vecindario para ver los efectos positivos logrados por Paraguay, el pueblo debe sentirse orgulloso de haber conseguido los resultados generados con su actitud responsable, ante hechos de tanta gravedad.

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