domingo, mayo 5, 2024

China: algunas ciudades comienzan a suavizar los controles por el covid-19

Puede que sea demasiado pronto para decir que es una victoria total, pero la agitación colectiva de la gente en toda China contra los estrictos controles de covid-19 ha forzado una notable reducción parcial por parte de uno de los gobiernos más autoritarios del mundo, y su líder, Xi Jinping.

Luego de las protestas en todo el país, algunas autoridades locales en China comenzaron a aliviar las restricciones de covid-19, en lo que parece ser un cambio hacia una reapertura gradual a medida que el país se acerca al cuarto año de la pandemia.

Desde la semana pasada, más de 20 ciudades, incluidas las principales metrópolis de Beijing, Shanghái, Shenzhen, Wuhan y Chengdu, eliminaron los requisitos para las pruebas negativas de covid en el transporte, e incluso en otros lugares públicos. Y algunos complejos residenciales ahora permiten que los residentes infectados con necesidades especiales se pongan en cuarentena en casa, en lugar de ser enviados a una cuarentena centralizada.

Autoridades chinas utilizan datos de los teléfonos celulares para rastrear a manifestantes
El principal funcionario de salud de China dio señales de un cambio de estrategia el miércoles, al declarar que los controles pandémicos del país habían entrado en una “nueva etapa y misión”. Xi luego compartió sus pensamientos sobre el tema con el presidente del Consejo Europeo que estaba de visita, según un funcionario de la UE que dijo que el líder chino había reconocido que la gente estaba frustrada y sugirió que China estaba abierta a relajar sus reglas de covid.

Fue un contraste extraordinario con el rotundo respaldo de Xi a la “búsqueda tenaz” de la estrategia cero-covid en el Congreso del Partido Comunista a fines de octubre; en ese entonces, no mencionó la ira pública que había estado hirviendo a fuego lento durante meses, o el los altísimos costos económicos y sociales de la política que él personalmente había respaldado.

Hace apenas seis semanas, la autoridad de Xi parecía casi inexpugnable. Obtuvo un revolucionario tercer mandato en el poder, llevó a los líderes políticamente más moderados a la jubilación anticipada y llenó el nuevo liderazgo con leales acérrimos, incluidos algunos de los ejecutores más fieles de su estrategia cero-covid.

Esa imagen de control absoluto e incuestionable fue traspasada a fines del mes pasado por una explosión de disidencia de residentes, trabajadores migrantes y estudiantes universitarios que ya estaban hartos.

En un desarrollo preocupante para el partido, además de las restricciones de covid, muchos jóvenes manifestantes también dirigieron su ira hacia las políticas autoritarias de Xi, desde una censura cada vez más estricta hasta controles ideológicos que lo abarcan todo, que ahora dictan lo que pueden ver, leer, escuchar y comprar en su vida privada en un grado no visto en décadas.

Algunos exigieron mayores libertades políticas, otros condenaron la dictadura y el gobierno de por vida, pero el desafío político más audaz provino de Shanghái, la ciudad y el centro financiero más grande de China, donde las multitudes pidieron abiertamente a Xi que “dimitiera” durante dos noches consecutivas.

Si bien las fuerzas de seguridad de China se movieron rápidamente para sofocar las manifestaciones, los crecientes llamados a un cambio político, sin precedentes en tal escala desde las protestas de la Plaza Tiananmen de 1989, probablemente han empujado a las autoridades a acelerar la relajación de las restricciones.

Los medios estatales han evitado cuidadosamente toda mención de las protestas, y en su lugar enmarcan el ajuste de política como siguiendo la ciencia, un desarrollo observado por un residente de Beijing en una publicación de Weibo ampliamente difundida, y luego censurada: “Cuando hablas con él sobre democracia, por fin te habla de ciencia».

Después de haber avivado el temor generalizado del público de contraer y morir de covid, los medios estatales chinos ahora citan investigaciones de meses de antigüedad sobre la «reducción de la patogenicidad» comparativa de la variante ómicron. Algunos medios de comunicación estatales también compartieron una entrevista con un experto médico que planteó dudas sobre el covid prolongado, un marcado contraste con la cobertura anterior que resaltaba los riesgos a largo plazo de contraer el virus.

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