El coronavirus apareció hace más o menos un año, por eso todavía es difícil saber qué tanto dura la inmunidad una vez que te enfermas o te vacunas.
Cuando alguien se contagia con el SARS-CoV-2 desarrolla anticuerpos: unas moléculas que luchan contra la infección y que hacen posible que no te contagies una y otra vez.
Esa es la base de las vacunas, que el organismo aprenda a producir la respuesta inmune adecuada para proteger contra infecciones.
Inmunidad temporal
La duda desde hace meses ha sido cuánto tiempo perdura la inmunidad contra el SARS-CoV-2, porque ya ha habido algunos casos de personas que se han contagiado dos veces, aunque no es algo común.
Ya sabemos que las vacunas sí producen una respuesta inmune del cuerpo, lo que no sabemos es cuánto tiempo una persona vacunada o que haya enfermado mantiene esa respuesta.
Es importante conocer esto, porque si la inmunidad no es permanente, serán necesarias campañas de vacunación periódicas contra el coronavirus.
El tiempo lo cura todo
Una de las razones por las que no tenemos claro todavía cuánto tiempo dura la inmunidad, es porque no ha pasado tanto tiempo desde las primeras infecciones.
De otras enfermedades virales como el sarampión sabemos que la inmunidad es prácticamente permanente: una vez que te vacunas ya no necesitas hacerlo más.
Otras enfermedades virales como la influenza necesitan refuerzos anuales; no porque la inmunidad desaparezca, sino porque cada año hay nuevas variedades del virus. Por eso necesitamos algo así como la actualización del antivirus.
Pero esas son enfermedades conocidas por años, décadas, incluso siglos y hemos tenido suficiente tiempo para reunir información al respecto de la inmunidad. Esto todavía no pasa con el COVID-19.
Memoria inmunológica
Lo que hicieron los investigadores fue analizar muestras de sangre buscando anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2.
La memoria inmunológica depende de diversos mecanismos: deben actuar células del sistema inmune, los linfocitos B y los linfocitos T; que son las encargadas de producir los anticuerpos.
Uno de los resultados más importantes fue que los anticuerpos específicos a la proteína espiga del coronavirus, siguen presentes en la sangre hasta después de ocho meses de que las personas se contagiaran.
De cualquier forma es necesario que pase un poco más de tiempo para saber más sobre el comportamiento de la inmunidad a largo plazo.
Pero, considerando que varias de las vacunas actuales se enfocan en desarrollar anticuerpos contra esa proteína, este es sin duda un resultado alentador.